¿No sabes elegir una carpa? acá una guía completa para escoger a tu gusto

13.11.2015 13:59

Elegir una carpa es uno de los pasos más importantes para cualquier acampante. De ella depende en gran medida su seguridad y confort, y como no son artículos económicos hay que meditar bien la elección. Si aún quedan dudas, quizás podamos ayudarte con esta guía completa de sugerencias y recomendaciones. Además, presentamos una comparación entre canadienses e iglús. 

La elección adecuada de una carpa es uno de los temas que más consultas ha motivado desde siempre en los foros sobre camping. Qué marca comprar, para cuántos, si iglú o canadiense, o tantas dudas más, que tratamos de responder en esta nota, reuniendo consejos, análisis técnicos y sobre todo mucha experiencia. Pedir que te recomienden una carpa es como pedir que te recomienden un auto... hay fanáticos de Ford y de Chevrolet... de las cupés y de las 4 x 4. Lo que presentaremos a continuación son algunos consejos que se aplican a todas las carpas, pero en cuanto a marcas y modelos deberá elegir cada comprador según su presupuesto, la actividad a desarrollar y hasta su gusto por los colores.

Una carpa no es un gasto, es una inversión. Comprar algo de baja calidad por ahorrar unos bolívares no tiene sentido. La carpa es generalmente nuestro principal refugio en la Naturaleza. Por eso, si es buena, brinda seguridad real y psicológica ya que uno confía en ella y la inversión se amortiza porque nos acompañará por muchos años. Las marcas reconocidas brindan mayor confianza por su trayectoria, materiales y controles de calidad, pero esto no quiere decir que estén exentas de fallas. Asimismo, no hay que creer todo lo que los vendedores dicen. Preguntar y consultar con otros acampantes sirve para sacarse las dudas y hacer la mejor inversión.

Diez cosas a tener en cuenta para elegir

Meditar bien sobre el uso frecuente que se le dará. Cuatro cosas son fundamentales en este aspecto:

·         el lugar más frecuente de uso (si será un camping con todos los servicios o zonas agrestes sin otro tipo de protección de la intemperie); el clima más habitual de uso (frío, húmedo, ventoso, soleado, etc.); el transporte (si se cargará en la mochila o en el baúl de un auto, por ejemplo) y cuál será el número promedio de ocupantes.

·         Que sobre espacio. Si es posible, que sea para una o dos personas más que las que originalmente que la van a usar. Los fabricantes siempre las calculan con las medidas muy justas, y el espacio de más viene bien para almacenar equipo, etc.

·         Que tenga sobretecho hasta el piso. Estas carpas conservan mejor el calor y protegen más de la lluvia. El color del sobretecho no es un dato menor: si es claro, absorbe menos radiación solar y por tanto, se calienta menos su interior, pero deja pasar mucho la luz. Si es oscuro absorbe más, pero si la plantamos a la sombra, será más fresca y no tan luminosa

·         Si es posible, que tenga alero o ábside. Actualmente casi todos los iglús lo tienen, y es muy útil para guardar el equipo, cocinar, cambiarse la ropa mojada sin entrar al habitáculo, etc. Si el ábside o alero tiene piso, mejor. Si no, se puede hacer muy fácilmente.

·         Cuantos más varillas, mejor. La estabilidad de una carpa y su resistencia al viento la dan las varillas, ya que son la estructura resistente. Los de duraluminio son mejores que los de fibra de vidrio, pero sólo vienen en las carpas de alta gama, conocidas como “de expedición”.

Igual que con los parantes, cuantos más “vientos” tenga, mayor será su estabilidad. Siempre deben colocarse todos y, en caso de necesidad, incluso se pueden agregar algunos más (por ejemplo, sacando dos vientos en vez de uno de cada agarre).

·         Los espesores de la tela son fundamentales, especialmente la del piso, ya que es la zona más expuesta a los daños por pisadas, piedras, ramas, etc. También es importante que la tela del habitáculo sea respirable o que tenga ventilación cruzada para evitar la condensación. En carpas iglús, hay tres tipos de telas: la de nylon común, la de nylon aluminizado, y la ripstop (o antidesgarro). Esta última es la mejor por ser más liviana que las aluminizadas, no se desgasta, permite un paso mucho mayor de la luz y con el armado, desarmado y arrugado del equipo no sufre las marcas.

Hoy en día todas las carpas soportan como mínimo una columna de agua de 1000 mm, porque eso es lo que resiste la tela con que se fabrican. Pero las filtraciones nunca son por la tela sino por las costuras. Por eso hay que ver que las costuras estén impermeabilizadas, en las que se nota una pequeña película de goma entre las costuras. Si filtran agua, se puede reparar de forma rápida frotándole una vela, para luego “pintarla” con un líquido impermeabilizante que se compra en comercios de zapatería.  El sistema de enganche de los parantes es más resistente si son fierritos que se insertan adentro de aquellos, a que si son tubitos de plástico donde se calzan los extremos de los parantes.

Siempre hay que ver cómo queda el modelo armado, en lugar de solamente las fotos de la caja. El sobretecho tiene que quedar bien estirado, sin arrugas ni deformaciones. Si es de los que se calzan arriba de los parantes (hay otros modelos en los que se levanta primero el sobretecho y el habitáculo se cuelga adentro) hay que ver que las costuras imiten la forma de los parantes y que no quede revirada.

Ventajas y desventajas de cada tipo de carpa

Ventajas de una carpa tipo iglú:

·         Son más livianas

·         Conservan mejor la temperatura si tienen doble techo hasta el piso

·         Por su forma, ofrecen menos resistencia al viento (se mueven menos cuando hay mucho viento)

·         Tienden a ser más impermeables

·         Muchas tienen aleros o ábsides que facilitan el almacenaje de equipo y otras actividades

·         Se limpian más fácilmente

·         No requieren un terreno completamente nivelado ni todos los vientos puestos para permanecer paradas y sin mojarse en el interior

Desventajas:

·         No soportan usos muy rigurosos (por ejemplo de una Patrulla Scout o de gente no habituada al camping)

·         El piso se desgasta más rápido

·         La tela se desgarra más fácilmente, salvo que sean antidesgarro (“rip stop”)

·         No suelen traer estacas muy confiables, sino que muchas veces hay que comprar un juego nuevo

·         Sus varillas son más frágiles

·         Los iglúes “estructurales” son mucho menos resistentes que las estructurales tradicionales de lona

Ventajas de las carpas canadienses:


·         Soportan tratos más rústicos (especiales para chicos y preadolescentes que no cuidan mucho las cosas)

·         Suelen ser más altas, y más cómodas para quienes son altos, gordos, etc.

·         Pueden acoplársele antecarpas o aleros

·         Su piso es más resistente, y su confección general también (es bastante difícil que se desgarren, por ejemplo, por acción del viento)

·         Sus varillas son más fuertes y resistentes

Desventajas:                                  

·         Son mucho más pesadas

·         Si se mojan, hay que tener mucho cuidado en secarlas y cepillarlas para que no formen moho o se pudran

·         Conservan menos el calor interior

·         Siempre tienen que armarse en terrenos muy bien nivelados, porque son más deformables que los iglús.

·         Si se suelta un viento y llueve, es muy probable que las consecuencias sean agua en el interior

·         Tienen que ser de muy buena calidad, porque su confección es mucho más importante que en un iglú para que no se moje, arrugue o deforme.

·         Personalmente reitero, personalmente, porque acá no hay verdades reveladas creo que los iglús son más apropiados para los acampantes que quieren estar varios días en cada lugar y llevan la carpa en la espalda, o la bici. También, para las familias que acampan con varias unidades (una o dos carpas y un comedor, por ejemplo). Si la idea es instalarse 20 días en un camping y llevar hasta la heladera y el TV 29’, o necesito carpas para un club, una parroquia o un grupo scout, una canadiense de buena calidad sirve perfectamente.

La clave pasa por no caer presas de la moda del consumo. Si tengo una canadiense buena, no la llevo en la espalda sino en el auto, y me sirve todavía, no veo porqué reemplazarla. No hay que olvidar que durante décadas cumplieron noblemente su función.

Quizás, como última recomendación, valdría decir que no existe la carpa perfecta. Todo pasa por hacer un balance entre lo que se encuentra en el mercado, lo que se quiere y necesita, y lo que se puede pagar.

Fuente: Aire Libre Digital