¿Por qué mueren delfines cerca de Fukushima? El agua contaminada amenaza la fauna del Pacífico

07.08.2015 07:02

El 10 de abril en la ciudad japonesa de Hokota, situada a menos de 200 kilómetros de la central nuclear de Fukushima, se encontraron más de 130 delfines varados en la orilla. Casi todos, salvo tres, murieron. La autopsia de 17 de los cetáceos mostró que podrían haber muerto de isquemia, una enfermedad sintomática del envenenamiento por radiación. ¿Podría el material radiactivo que sigue fluyendo de Fukushima hacia el Pacífico contaminar toda la cadena alimentaria?

Los científicos del Museo Nacional de Ciencia de Japón descubrieron que los pulmones de los delfines muertos eran totalmente blancos, lo que es un síntoma evidente de isquemia, una condición que impide que la sangre llegue a los órganos y los tejidos del cuerpo. Además, los órganos internos de los cetáceos no mostraban signos de ninguna otra enfermedad. Se sabe que la isquemia es un síntoma del envenenamiento por radiación que con el tiempo provoca cardiopatía isquémica.

Desde el 2011, cuando se produjo la avería en la central nuclear, el agua subterránea sigue filtrándose en los reactores fallidos, convirtiéndose en radiactiva. Gran parte de esta agua luego vuelve al mar, ya sea por accidente o porque el operador de la planta Tokyo Electric Power Company (TEPCO) la vierte intencionalmente. ¿Podría de esta manera esta agua radiactiva envenenar a los mamíferos marinos y contaminar toda la cadena alimentaria? Al otro lado del océano Pacífico, en California, EE.UU., se ha registrado un aumento de muertes raras de los habitantes del océano: ballenas, leones y elefantes marinos...

"Cada día cuatrocientas toneladas de agua radiactiva se vierten al Pacífico y se dirigen hacia EE.UU. La radiación se acumula en los peces, por eso aquí también la tenemos. El Gobierno de EE.UU. no examina agua, ni pescado. Mientras los ciudadanos de Japón 'comen' radiación todos los días", advertía del problema la reconocida defensora antinuclear Helen Caldicott ya en 2014. Actualmente, no existe un mecanismo eficaz de estudio de las consecuencias de la catástrofe que permita encontrar las contramedidas necesarias. Lo único de que se dispone es la investigación sobre los posibles impactos de las emisiones radiactivas de Fukushima lanzada en 2011 por 19 países de la región del Pacífico. 

Fuente: RT